Exposición : es la cantidad de luz que recibe el sensor de una cámara digital, o un fotograma de un rollo en una cámara análoga. Para que esta cantidad sea la adecuada, disponemos de factores que podemos modificar, los cuales están en función de la luminosidad ambiente, la que debe ser medida mediante un fotómetro o exposímetro, instrumento que está dentro de nuestras cámaras (aunque para uso profesional se dispone de fotómetros externos o de mano).
Lo anterior es de crucial importancia, pues para que se forme la imagen, tanto sensores como películas pueden ser estimulados sólo en rangos reducidos de luminosidad. Al hacerlo en el intervalo adecuado, lograremos una exposición correcta, la cual entregará una imagen con detalles y equilibrio tonal.
Sobre exposición : Sucede cuando el sensor (o la película) recibe más luz del nivel para el cual está hecho. La sobre estimulación genera zonas con un color blanco como respuesta, donde no vemos detalle alguno. La imagen se ve “deslavada”.
Subexposición : Es el caso contrario. Cuando la estimulación luminosa no es suficiente, el resultado visible será la presencia de zonas con un color negro sin detalles. La imagen se ve “empastada”.
El Histograma
En fotografía digital disponemos de una herramienta muy útil: el histograma. De manera muy simple, podemos decir que se trata de un gráfico que indica la presencia de zonas oscuras (negros o sombras) a la izquierda, tonos medios en su parte central, y zonas brillantes (blancos o luces) hacia la derecha; tal como vemos en la siguiente imagen:
El histograma de una imagen está presente en muchos modelos avanzados de cámaras digitales, y en gran parte de los programas de edición digital, como Photoshop. En dicho software, se activa seleccionando “Niveles” desde el menú “Imagen”.
Cuando la cámara cuenta con dicha herramienta, resulta muy conveniente chequearla tras realizar algunas tomas, pues sabremos si la fotografía presenta sombras sin detalles, luces “reventadas” sin detalles, o si la imagen se muestra equilibrada en sus tonos.
Cabe destacar que podremos denominar a una exposición como “correcta”, cuando veamos que el histograma está distribuido de manera homogénea. Sin embargo, existen situaciones especiales en que una fotografía expuesta correctamente, presentará un histograma que se distribuye hacia sus extremos. Tal es el caso de escenas muy contrastadas, como las fotografías de contraluces, o la fotografía nocturna.
¿Es posible controlar la exposición?
Sí, pero no todas las cámaras lo permiten.
Las cámaras con opción manual de exposición (típicamente señalizada con una “M”) nos permiten controlar el 100% de los factores de exposición. Si su cámara dispone de esta modalidad, siéntase afortunado, pues podrá hacer lo que usted quiera, y no lo que la cámara le imponga.
Por el contrario, las cámaras automáticas controlan el 100% de la exposición, es decir, mediante una evaluación de la luz presente, el chip interno interpretará dicho valor como una combinación de factores de exposición. Dependiendo de cuan “inteligente” sea la cámara, podrá resolver con cierto éxito muchas situaciones, pero en condiciones complejas (como por ejemplo, la presencia simultánea de luces brillantes y sombras), el automatismo nos podría entregar resultados poco deseados. Para solucionar parte de estos problemas, las cámaras automáticas modernas presentan algunos programas para situaciones específicas: retratos, paisaje, movimiento, etc.
En un nivel intermedio están las funcionessemiautomáticas, que nos permiten dejar fijos dos factores de exposición, permitiendo que la cámara calcule el tercero. Dicha opción resulta conveniente cuando necesitamos reaccionar con rapidez, pero necesitaremos aprender cual factor dejar fijo, y que valor darle según sea la situación a la que nos enfrentemos.
¿Cuáles son los factores que controlan la exposición?
Son tres:
- Tiempo de obturación
- Apertura (o abertura) del diafragma
- Sensibilidad
No hay comentarios:
Publicar un comentario