ABCine
María Lourdes Cortés
El
cine es el fenómeno cultural, estético, histórico, económico y social sin el
cual no sería posible comprender el sigloXX y el mundo de imágenes en que vivimos inmersos. La vida moderna se
desarrolla en la pantalla y es producto de una constante vigilancia visual. Hay
cámaras ubicadas en autobuses, centros comerciales, autopistas, cajeros
automáticos, estadios de fútbol, carros de policia, aviones de guerra y
misiles.
Nuestra
mirada se agranda y se achica. Tenemos imágenes vía satélite de la textura de
Marte, a la vez que los médicos colocan minúsculas cámaras para hacer
prospecciones por nuestra vísceras. Se disuelven los límites entre lo público y
lo privado y éste último se convierte en espectáculo cotidiano. En internet hay
quien abre páginas para desvelar su vida cotidiana con una cámara de video
funcionando todo el día. Y ni hablar de la televisión. Basta recordar el éxito
de programas como “Big Brother”, originado en Holanda pero asimilado localmente
en otras realidades, para constartar la necesidad actual de mostrar
públicamente nuestras intimidades. Otros espacios se llenan de imágenes
familiares de accidentes, escenas violentas o situaciones hilarantes, muchas de
las cuales han sido registradas por aficionados y carecen de calidad, pero
atraen como las imágenes de los primeros años del cine. El mundo pareciera hoy
una telaraña de cámaras produciendo millones de imágenes instantáneamente .
Los inicios del cinematógrafo y la
construcción de un lenguaje
Es importante remontarnos a los inicios de esta
fascinación de la imagen en movimiento, iniciada industrial y colectivamente el
28 de diciembre de 1895 cuando los hermanos Lumiére organizaron en el Gran Café
del Boulevard des Capucines de París, la proyección de diez películas de un
minuto de duración, ante un público de 35 espectadores. Salida de los obreros de la Fábrica Lumière, El regador regado y
sobre todo, La llegada del tren a la
estación de Lyon fueron algunas de las imágenes que maravillaron a ese
primer público. Este acontecimiento se considera oficialmente el nacimiento del
cinematógrafo, aún cuando los intentos de crear la ilusión de realidad mediante
el dibujo del movimiento, provienen desde la Edad Media, con la cámara obscura
y, en particular, a partir de 1659, con el uso de la linterna mágica.
Son múltiples las máquinas que proyectaban y
descomponían el movimiento. El fenaquistoscopio, el zootropo, el praxinoscopio
y el kinetoscopio fueron algunas de ellas. El cinematógrafo de los Lumière fue
la culminación de este trayecto, a la vez, que apostó por la proyección
colectiva, es decir, por el ritual de “ir al cine”. Sin embargo, recordemos que
los hermanos Lumière eran científicos y el cine no nació como medio de
entretención. Louis Lumiére –el padre del cinematógrafo, junto con su hermano
Auguste- advertía en 1930: “No, yo nunca voy al cine. De haber sabido en qué
iba a parar nunca lo habría inventado”. Los Lumière pretendían captar los
aspectos dinámicos de la realidad y registrarlos para la investigación del
movimiento, por lo que la cámara no se movía de un punto fijo –como la mirada
del espectador teatral- y en sus películas no hay cambios de planos.
Fue otro francés, George Meliès, actor e ilusionista,
el que varió el rumbo documentalista de los Lumière para integrar el cine al
mundo de las escenografías y los trucos visuales. Meliès fundó la primera
empresa de producción cinematográfica, la Star film, con un estudio básicamente
como cualquiera de hoy en día. El deseaba crear con el cine un espectáculo
diferente del teatro, pero que tuviera argumento y recreación de espacios como
este. Construyó decorados en estudio y filmó secuencias de diez a quince minutos en planos generales. A él se le deben
la mayor parte de los trucos cinematográficos -fundidos, sobreimpresiones sobre
fondo negro, desdoblamiento de personajes-.
Películas como Viaje a la luna (1902) y El
reino de las hadas (1903), nos maravillan en su fantasía y su candor de
“teatro filmado”, con evidente uso de escenografías y tramoyas y coloreado
cuadro por cuadro. Meliés no solo filmó películas de entretenimiento sino que
fue el primero en hacer publicidad filmada con gran sentido del humor y
"documentales", muchos de los cuales eran totalmente falsos. Desde
1895 hasta 1914 produjo unas 450 películas.
Sin embargo, al igual que con los
hermanos Lumière, la cámara nunca cambiaba el punto de vista y la acción
dramática se desarrollaba íntegramente frente a los ojos del espectador como en
el teatro.
Este cine de los inicios, por lo general mostrado como
espectáculo de feria y con un comentaristas explicando lo que sucedía, entró
pronto en crisis, y sería durante la década del diez, que el lenguaje propiamente cinematográfico se desarrollaría.
En Londres, con la Escuela de cine de Brighton, la cámara sale a
exteriores, y los puntos de vista
varían. La acción, también se descompone en distintos planos.
En Francia, se adaptan textos literarios como La dama de las Camelias (1911), un drama
sentimental interpretado por la actriz teatral más famosa del momento, Sarah
Bernardt. También Max Linder, que interpreta al “dandy”, el primer tipo
cinematográfico, inicia el uso de los primeros planos para detallar su gracia
interpretativa. También se realizan seriales como Fantomas (1913), que ya proponen una estructura de suspenso y un
desarrollo de la acción y la intriga dramática. En Italia, gracias a los
decorados monumentales de la Roma clásica, se realizan dramas históricos, como
el Cabiria (1914), de Giovanni Pastrone.
Poco
a poco iban variando la dimensión de los encuadres, se realizaban diferentes
puntos de vista y la cámara adquirió movilidad.
Los
componentes de la expresión fílmica
El cine es un lenguaje heterogéneo que
combina cinco componentes:
Banda imagen
1. imágenes
fotográficas móviles y organizadas en series continuas
2. notaciones gráficas que a veces sustituyen a las
imágenes: intertítulos o carteles
intercalados entre planos durante el desarrollo visual; títulos de
crédito sobre fondos neutros; subtítulos y nociones gráficas en el interior de
la imagen.
Banda sonora
3. sonido
fónico (voz)
4. sonido
musical (música)
5. sonido
analógico (ruidos)
Todas estas materias expresivas son
compartidas con otras artes: música, pintura, fotografía, etc. La imagen móvil
es la única específica del cine.
En Estados Unidos, Edwin S. Porter realizaría el
primer filme del “oeste”: Asalto y robo
al tren (1903), en el que usaría la técnica del montaje, en la que plano
tendría sentido propio y se definiría como la unidad que construye el filme.
Finalmente, con
David Warth Griffith y su filme, El
nacimiento de una nación (1914), sobre la guerra de secesión norteamericana
y el surgimiento del movimiento racista Ku Kux Klan, se incorporarían todos los
avances realizados en materia de narración cinematográfica y se consolidaría la
forma del relato cinematográfico que servirá de modelo al cine clásico de
Hollywood.
Lenguaje
cinematográfico: la banda imagen
Fotogramas:
Las imágenes que percibimos en el cine parten de
imágenes fijas que se llaman fotogramas
Encuadre:
Es la imagen parcial reflejada en cada
fotograma. Es un
fragmento de espacio-tiempo.
Campo/fuera
de campo: entradas y
salidas de los personajes y objetos en el encuadre. Suponemos que hay un espacio "real"
estable, exterior al encuadre, del que sólo estamos viendo una parte. Se crea
la ilusión de un espacio homogéneo de representación, ocultando el caracter
fragmentario y construido del film.
Los diferentes tipos de planos, la angulación, los movimentos de la
cámara y la iluminación son algunos de los elementos del lenguaje
cinematogáfico que dan expresividad al filme.
Plano:
es la distancia de la cámara al objeto.
Tipos
de planos:
plano
general: el que incluye
una figura humana en su totalidad dentro del encuadre
plano
americano: la figura
ocupa el encuadre desde las rodillas hacia arriba
plano
medio: de la cintura
para arriba
primer
plano: vista cercana de
un personaje, concentrándose en una parte de su cuerpo o rostro
primerísimo
plano: más cercano: ojos, boca o dedo
plano
de detalle: vista
cercana de un objeto
plano
de conjunto (PC):
conjunto de figuras de cuerpo entero.
Por su duración, el plano ha dado lugar a
un concepto complejo, el plano-secuencia,
el cual contiene el equivalente de acontecimientos de una secuencia o planos
en un solo y mismo movimiento continuo.
Movimientos
de cámara:
plano
fijo
travelling: movimiento horizontal sobre unos railes
fijos o a mano
dolly: movimiento horizontal sobre un soporte
con ruedas
grúa: movimiento vertical
panorámica
(paneo): cámara fija que sobre su eje se mueve de manera
horizontal
tilt: cámara fina que sobre su eje se mueve
de manera vertical
barrido: movimiento rápido y borrozo.
Angulación:
posición de la cámara .
normal: la cámara a la altura de los ojos de un
adulto.
picado: la cámara mira desde arriba
contrapicado: la cámara mira desde abajo
Lenguaje
cinematográfico: la banda sonora
El cine nunca fue mudo pues en siempre
estaba acompañado de un piano y de comentaristas que contaban el desarrollo de
la historia.
sonido
diegético: si la fuente
está relacionada con la historia
sonido
no diegético: si la
fuente no tiene nada que ver con la historia
La voz
humana ocupa un lugar fundamental en el cine:
voz
in: la que interviene en
la imagen
voz
out: la fuente no se visualiza
pero interroga a un sujeto en el campo. Está fuera de campo
voz
off: la del monólogo
interior o del personaje-narrador de un flash-back no presente en el encuadre
voz
over: la del narrador
omniciente.
Ruidos:
los ruidos también
pueden estar “in”, “out” u “off”
Musica:
diegética: vemos la fuente de donde emana
(tocadiscos, grupo musical)
de
"foso": no
sabemos de donde proviene.
Hollywood:
fábrica de sueños… y de dinero
El éxito del cine hollywoodense es
ante todo el triunfo de un modo de producción, elaborado según el modelo de la
industria capitalista norteamericana. Este sistema de producción se basa en
algunas figuras claves como el trabajo en estudios cinematográficos, el sistema
de estrellas y el uso de los géneros cinematográficos, entre otras.
En 1893, Thomas Edison patenta el
kinetógrafo, que graba imágenes pero ofrece una visión de mala calidad, y el
kinetoscopio, el cual permite solamente la proyección individual (y no
colectiva como el cinematógrafo de los Lumière). En 1896, en Brodway, se
realiza la primera proyección pública del Vitascopio de Edison. La aparición de
proyectores favoriza la multiplicación de los “nickelodeons”, salas de juego
donde el espectador puede ver un programa entero por un “nickel” (cinco
centavos). Múltiples sociedades de producción y distribución se crean e inmigrantes europeos, la mayoría antiguos comerciantes, se lanzan a la
explotación de los “nickelodeons”. Sus apellidos –Fox, Zukor, Warner-, se harán
célebres, ya que serán los futuros dueños de los estudios. Edison intenta
detener la comercialización de las invenciones del cinematográfo y se desata lo
que se ha llamado la “guerra de patentes”. Las compañías cinematográficas,
hasta entonces radicadas en Nueva York, emigran hacia California, donde el clima
y la geografía son más agradables, los terrenos menos costosos y se encuentra
mano de obra barata.
Zulor y Jesse
Lasky son los primeros en fundar una enorme sociedad de producción y
distribución –la futura Paramount-; alquilan películas por lotes y compran las
salas de exhibición. Es decir, manejan toda la cadena comercial del filme:
desde la preproducción de un filme hasta la exhibición, con la venta de “pop
corn” incluida. Es una estructura vertical
de control que repetirán estudios como 20th Century Fox, Warner Bros, y
Metro Goldwyn Mayer y que se mantiene hasta inicios de los años cincuenta.
Por otra parte, el sistema de
estrellas es también uno de los pilares económicos del cine de estudios a cuyo
funcionamiento está estrechamente ligado. Todas las primeras estrellas fueron
las vedettes de los estudios, que las ataban con cuantiosos contratos. El “star system” impone el culto a una
creatura imaginaria que mezcla en la pantalla la vida de un actor y su personaje.
La estrella se ubicaba en el centro del filme y todos los aspectos –guión,
decorado, encuadre, iluminación y puesta en escena- estaban trabajadas para
servir la gloria de la estrella. A partir de 1927, la industria hollywoodense
instaura un sistema de recompensas a los filmes más exitosos y, especialmente,
a sus estrellas. Nos referimos a los premios de la Academia, mejor conocidos
como premios Oscar.
Con el arribo del sonoro, el cine
sufre una importante transformación. El 6 de octubre
de 1927 se estrenó El cantor de jazz, considerada
la primera película sonora de la historia del cine y ya en 1930 el cine sonoro
estaba consolidado. En el mundo de los actores se produjo el pánico ya que muchos
de ellos no pudieron acoplarse a las nuevas técnicas, sus voces no eran
adecuadas o por ser extranjeros sus acentos molestaban. Muchas de las estrellas
del cine silente, como John Gilbert, Buster Keaton y Gloria Swanson, pasaron al
olvido con el cine sonoro. Años después, Gloria Swanson interpretaría su propio
papel, el papel de una estrella del cine silente, vieja y abandonada con sus
recuerdos del cine de los primeros años, en El
crepúsculo de los dioses (1950), de Billy Wilder.
¿Cómo y quiénes
realizan un filme?
El proceso de
producción se divide en cuatro momentos claves:
1. la
preproducción o preparación para el rodaje
2. el rodaje
3. la
postproducción
4. el mercadeo, distribución y exhibición.
Una película empieza por ser una idea, que debe transformarse en un argumento (descripción de las líneas
generales de las acciones, el ambiente, el mensaje y los protagonistas) del
futuro filme. El argumento puede ser original o una adaptación de la
literatura, el teatro, etc.
El productor
se encarga de planear, conseguir los recursos, elegir a los principales
integrantes del equipo, y coordinar una serie de elementos para impulsar esa
idea que se quiere llevar a la pantalla.
Un guionista
desarrolla el argumento, con sus situaciones, época, diálogos y acciones.
Este se dividirá en secuencias y escenas y lo fundamental es que sugiera
imágenes. Con el guión listo, se debe realizar un presupuesto y conseguir el financiamiento de la película, cuyo costo varía de un proyecto a
otro.
El mismo productor puede ser el director de la película o puede
contratar a uno. De igual manera, actualmente muchos directores son quienes
proponen la idea y buscan al productor para que le financien el filme. El
director, es el responsable creativo y técnico del filme y actualmente se
considera su autor.
También intervienen en la parte creativa
el director de fotografía, quien se
encarga de la composición, el cromatismo, y la iluminación de cada una de las
imágenes que luego veremos en la pantalla.
A él lo acompañan el camarógrafo,
los luminotécnicos y los tramoyistas. También es vital en la
parte creativa el director de arte,
encargado de recrear cualquier ambiente, época.
Cuenta con vestuaristas, maquillistas y escenógrafos.
Los actores
y actrices son los responsables de la interpretación de los
personajes. Pueden ser primarios,
secudarios o extras. De los actores principales puede depender mucho la
taquilla de una película. Las locaciones
son los lugares y espacios de filmación. Pueden ser naturales o creadas en
estudio.
Después del rodaje, durante la postproducción, inicia el proceso de revelado y la selección
de las imágenes definitivas para la edición. La edición –que anteriormente se realizaba en
una moviola y hoy se hace en computadora- consiste en escoger las tomas que
formaran parte del filme y luego pegar una toma tras otra, dándole a cada toma
cierta duración y buscando con ello un determinado ritmo. A este trabajo de la
imagen se debe acompañar la banda sonora
de manera sincrónica. En esta fase se incluyen los efectos especiales, que se realizan con la ayuda de computadoras.
También la musicalización es un
elemento fundamental para la película. Finalmente la película debe ser
anunciada, vendida, distribuida y exhibida. Hoy la distribución y la exhibición es diversa, ya que los filmes
se exhiben en salas de cine, dvds, televisión, internet, etc.
De igual manera,
Hollywood obtiene su éxito gracias a la afiliación a los géneros
cinematográficos, similares a los de la literatura popular. Al gran público le
gusta reconocerse en las “clasificaciones” que pueda reconocer y los géneros
ofrecen, en cada época, una especie de código implícito a través del cual y
gracias al cual, las obras del pasado y las obras nuevas pueden ser recibidas y
clasificadas.
El género se definiría por "lo obligatorio y lo
prohibido" (Vernet: 1980, 110). Ciertos elementos deben figurar para que
éste sea reconocido y otros deben estar ausentes, bajo pena de violar la
"ley del género". Es imposible encontrar en un filme de terror o
un policiaco, por ejemplo, un episodio
cantado, así como tampoco es permitido un crimen en una comedia musical tradicional.
En la época clásica del cine
hollywoodense, casi todos los filmes pertenecían a un género, ya que este es un
efecto directo de la industrialización del modo de producción de Hollywood. En
la medida en que implica la reproducción mecánica de los mismos modelos, el
género es a la vez, un importante instrumento de estandarización y de
diferenciación: productos en serie como los carros o los jabones, y a la vez
diferentes, porque responden a otra necesidad de consumo.
Los géneros, no obstante, no son estáticos y han
evolucionado durante la historia del cine. Algunos que se creían muertos desde hace décadas, han renacido con
vigor en los últimos años. Es el caso del “peplum” o cine “bíblico”, el cual ha resurgido fuertemente con filmes
como Gladiador (2000) de Ridley
Scott, Troya (2004) de Wolfgang Petersen y Alexander (2004) de
Oliver Stone.
Géneros
cinematográficos clásicos:
El
burlesco: este es el
género de la “infancia” de Hollywood y uno de los más célebres dentro de la
comedia. El término viene del italiano
“burla”. En Estados Unidos se uso el término “slapstick”, es decir “bastonazo”, ya que estaba plagado
de estos, así como de caídas y lanzamientos de tartas de crema a la cara de los
actores. Estos son los “gags” o chistes
visuales, bases del burlesco. La reutilización de los mismos esquemas
cómicos, asociados a la explotación del
decorado y de las características
físicas del actor son explotados al infinito en un número limitado de
situaciones. Los maestros del burlesco son Buster Keaton, Harold Lloyd, Stan
Laurel y Oliver Hardy y, especialmente,
Charles Chaplin.
El
"western" o cine del Oeste: Es típico del cine norteamericano pues se inspira en los
hechos históricos y en las leyendas sobre la conquista y colonización del Oeste
de Estados Unidos durante el siglo XIX (1840 a 1900). El cine del Oeste se
distingue por sus vastos escenarios naturales: llanuras, bosques gigantescos,
montañas, desiertos, praderas, minas de oro, aldeas indígenas, campamentos,
fuertes, haciendas y ciudades recién fundadas. Los personajes son vaqueros,
pistoleros, soldados, indios, jugadores, cazadores, colonos, alguaciles,
ganaderos, traficantes de armas, exploradores, etc. El tema fundamental es la
búsqueda de nuevas tierras, hacia el oeste del país; la lucha contra los
indios.
El
cine policiaco: se
divide en varios subgéneros, según sea el tema específico que aborde cada
película: espionaje, robos, asesinatos, luchas entre pandillas, secuestros,
etc., y la forma en que se enfoque cada tema. Existen filmes policiacos en los
que un detective cerebral resuelve el misterio de un crimen usando sólo su
capacidad analítica; mientras que en otros se relatan violentos episodios,
asesinatos y todo tipo de actos violentos, en forma abierta y donde lo
importante es más la acción que el análisis.El filme policiaco debe estar
estructurado de tal forma que provoque una fuerte tensión emotiva en el
espectador; la trama debe ser compleja, de modo que el espectador se mantenga
atento hasta el final, que tiene que ser sorpresivo e inesperado. El director
del filme policiaco recurre a las sombras, los sonidos, el silencio, la música,
los gritos, pasos, y otros elementos visuales y sonoros para crear una
atmósfera de tensión y peligro.
La
comedia musical: Nace
con el cine sonoro. Bajo el doble signo
de comedia y música, se mezclan diálogos, cantos y bailes. Sus argumentos son
ligeros, románticos y humorísticos. Fred Astaire, Ginger Rogers y Gene Kelly
fueron algunos de los actores más importanes de la comedia musical. Las comedias musicales más celebres son: Un americano en París (1951), Vincente
Minelli, Cantando bajo la lluvia (1952),
Stanley Donen y Gene Kelly, Mi bella dama
(1964), Georges Cukor, entre otras.
El
cine de ciencia-ficción:
Ha sido un género popular desde los inicios de la cinematografía y se presta
para abordar numerosos temas. La característica común es que todos están
relacionados con hipótesis científicas. Los temas más frecuentes son los viajes
espaciales, los robots, los seres creados por científicos, las armas mortíferas
para dominar al mundo, los transplantes, los monstruos creados por experimentos
científicos, la vida en la sociedad del futuro, etc. Los protagonistas son casi
siempre astronautas, científicos, genios locos, aventureros, monstruos, robots,
seres extraterrestres, periodistas, policias, militares, ingenieros, médicos,
etc. La principal característica de estas películas es su elaborada
escenografía, vestuario y efectos especiales. A través de estos elementos se
intenta crear un ambiente futurista y fantástico, en el cual se desarrollan
tramas de diverso tipo. Abundan las naves espaciales, los cohetes, las
computadoras, los equipos electrónicos, laboratorios, pantallas, ciudades
futuristas, etc. Otros elementos son las maquetas, la iluminación, el
maquillaje, la música y los efectos ópticos.
Europa y el
cine de autor
La primera guerra mundial fue clave para la
consolidación de Hollywood, con su modelo industrial de producir, distribuir y
exhibir cine y durante este periodo, Hollywood extendió su mercado a toda
América Latina.
No obstante, durante la década del veinte, Europa se
recuperó de la guerra y produjo uno de los periodos artísticos más ricos de la
historia del cine en el que se expresa un evidente rechazo al realismo. Entre
los movimientos cinematográficos más representativos y de mayor influencia
tenemos el expresionismo alemán, el cine soviético y el surrealismo, entre
otros.
Movimientos
cinematográficos
Expresionismo
alemán: El cine alemán,
estimulado por el expresionismo en la pintura y el teatro y por las teorías de diseño de la Bauhaus, dio origen al cine expresionista,
poblado de extrañas escenografías, una luz atmosférica y la inclinación por una
cámara frecuentemente en movimiento. Entre los filmes más importantes se
encuentran El Gabinete del Dr. Caligary (1920)
de Robert Wiene, Nosferatu (1921) de F. W. Murnau y El doctor Mabuse (1922) y Metropolis
de Fritz Lang (1927).
Cine soviético: un cine político, realizado no
para entretener, sino para instruir a las masas en los alcances políticos y
sociales de la Revolución soviética. Este cine usaba el montaje o complicadas
técnicas de edición que descansaban en la metáfora visual para crear emoción y
riqueza de textura, y finalmente para afectar actitudes ideológicas. El cineasta
de mayor influencia fue Sergei M. Eisenstein, cuyo Acorazado Potemkin (1925) es considerado uno de los filmes más
importantes del siglo XX.
Cine surrealista: Bajo la influencia del surrealismo y el dadaísmo, los cineastas que
trabajaban en Francia empezaron a experimentar con la posibilidad de concretar
percepciones abstractas o sueños en un medio visual. Luis Buñuel y Salvador
Dali, realizaron en 1928 Un perro
andaluz, uno de los filmes de
vanguardia más célebres.
De
igual modo que había sucedido con estos movimientos después de la I Guerra
Mundial, después de la II Guerra Mundial,
en Italia, el neorrealismo constituyó uno de los movimientos más
significativos de la historia del cine. Surgido a partir de la realidad
política y social de la Italia liberada, implicaba una posición del realizador
frente a la realidad, así como una ruptura con los modelos anteriores de hacer
cine, la filmación en exteriores y actores no profesionales.
Porque
en general, el cine europeo se ha destacado por una aproximación más artística
a la expresión cinematográfica. Mientras en Hollywood, con el sistema de estudios lo que se creó fue
el “estrellato” y la figura predominante era la del productor, una especie de
“dueño” de la película que podía prescindir del director (ejemplo de Lo que el
viento se llevo), en Europa no había un
sistema tan vertical y, en los años cincuenta,
François Truffaut, desde la célebre revista Cahiers du cinéma, había propuesto el concepto de “cine de autor”,
destacando a algunos realizadores, incluso del cine de Hollywood, por su estilo
particular. Fue el caso de Alfred Hitchcock y Fritz Lang, entre otros.
A
partir de este concepto, surge un movimiento que sacudió el cine francés, lo
que se ha llamado “la nueva ola”, y que cuestionó los métodos de hacer cine
hasta entonces, proponiendo formas menos costosas de filmar y valorando, como
decíamos, el lugar del realizador como autor de la obra. La mayor parte de los
realizadores de la “Nouvelle vague”, se
inciaron como críticos de la revista Cahiers
du cinéma, alrededor del téorico
André Bazin. Ellos son Claude Chabrol, Eric Rohmer, Jacques Rivette y François
Truffaut, entre otros.
Ambos
movimientos tenían en común una ruptura
con los modelos anteriores de hacer cine, así como un intento de reflexión
crítica en torno a la práctica cinematográfica.
Neorrealismo
italiano: exige el
testimonio, privilegia la filmación en exteriores, en los lugares reales y los
actores no profesionales. Los temas son la realidad, con el objetivo de
transformar la sociedad, de cambiar el mundo. Entre las películas y directores
más representativos tenemos: Roma, ciudad
abierta (1945), Roberto Rossellini, El
ladrón de bicicletas (1948), Vittorio de Sica, Arroz amargo (1949), Giuseppe De Santis.
Nouvelle
vague: bajo este concepto se reagrupan directores
muy diversos. Pero se puede señalar una
liberación en la escritura cinematográfica, un acento en las historias
verdaderas y sinceras y una personalización de la obra. Los filmes mostraron
algunas costumbres de la época como los inicios de la liberación sexual y un cierto cinismo en las relaciones
personales. Asimismo, los filmes evocan algunos íconos de su tiempo como los
autos descapotables, el tocadiscos y las rocolas. No obstante, la diversidad de
personalidades del grupo hizo que este no durar a mucho.
Cine de autor: es la obra singular y original de un autor, distinguiéndola
de la producción estereotipada de la
industria hollywoodense. La expresión no tiene nada que ver ni con una
categoría de filmes ni con un género y más bien se refiere a un estilo y a la
preminencia de una visión creativa de parte de un artista.
Latinoamerica en busca de su cine
Es célebre la seducción que ejercía el cinematógrafo en el revolucionario
mexicano Pancho Villa. El periodista Raoul Walsh cuenta en sus memorias cómo el
propio Villa ofreció retardarle los
fusilamientos para poder registralos: "Yo
logré que Villa postergara un buen número de ejecuciones. Ellos solían
realizarlas a las cuatro de la mañana, cuando no había luz. Yo conseguí que las
programaran para las siete u ocho. Yo alineaba a mi camarógrafo, y ellos
alineaban a los condenados frente al paredón y les disparaban." (King:
1994, 37).
Género documental
Desde sus orígenes el documental aparece como opuesto a la ficción y
surge con el cine mismo. Las películas de los hermanos Lumière rechazaban el
teatro como modelo y les interesaba mostrar un panorama de la vida francesa sin
actores, por lo que desde sus inicios, el documental consistió entonces en
registros de carácter social. Lo que define al documental es, fundamentalmente,
la postura del realizador: considerarse un igual a quien está siendo filmado.
Además, el documental, al estar anclado en mayor medida con la realidad que
pretende reflejar y representar, posee la capacidad de mostrar, y aún de
reivindicar, reclamar, denunciar, de una manera más directa. Por ello,
históricamente ha sido utilizado como una herramienta
de transformación social y no sólo como práctica estética, periodística, o
de investigación social. Es por esto, que el cine hollywoodense siempre lo ha
relegado a un segundo lugar, mientras para Latinoamerica ha sido muchas veces
un arma de lucha social.
Es claro, que en México, desde sus inicios, el cine
fue puesto inmediatamente al servicio de la Revolución. Pancho Villa se
convirtió en estrella de cine y firmó un contrato exclusivo con la Mutual Film
Corporation. Eran los años diez. No obstante, pronto la imagen de Villa como
estrella se convertiría, para el cine de Hollywood, en un estereotipo: el de
bandido y guerrillero desalmado. Y la historia de Hollywood y América Latina se
puede resumir en esta anécdota: por un lado la seducción ante el inmenso
mercado que somos; por otro, la reducción en el imaginario, a estereotipos y
clichés de asesinos, ladrones, narcotraficantes, guerrilleros o simplemente
amantes y mujeres guapas.
Lo que más se ha producido en la
región y que mejor nos ha retratado ha sido el cine documental, aún cuando países como México, Brasil y Argentina lograron
articular industrias cinematográficas, sobre todo en la época del cine sonoro.
Proliferaron los melodramas (Monsivais: 1995, 39) y las películas musicales en
las que canciones y los bailes se combinaban, reproduciendo de alguna manera
los gustos impuestos por Hollywood, pero mostrando los espacios y personajes
del continente y demostrando que el cine latinoamericano podía vivir de su
propio mercado. Fue un momento en que el cine latinoamericano se desarrolló de
manera industrial al mejor estilo norteamericano, en aspectos como la
producción en serie, la utilización de estudios o el privilegio de los géneros
clásicos, pero por otra parte, los recursos y la estructura de la producción se
mantienen artesanalmente, oscilando entre el "mimetismo y el
proteccionismo", entre un seguir los modelos de Hollywood y una demanda de
protección estatal (Paranagua: 1996, 233) con vistas a consolidar una industria
nacional.
La Segunda Guerra Mundial -y la posición de los
Estados Unidos y Latinoamérica en el conflicto- fueron claves en el desarrollo
de las principales cinematografías del continente. Mientras la mexicana se
consolidó definitivamente con el apoyo del "hermano mayor", la
argentina -que hasta el momento era considerada la principal productora
cinematográfica en lengua española- fue boicoteada por los Estados Unidos, al
considerar que su posición
"neutral" ante el conflicto era peligrosa (Schumann: 1987, 21), por
lo cual no le suministró película virgen , deteniendo el crecimiento de este
cine.
La influencia, el
poder y los modelos de Hollywood son hasta entonces determinantes en el
desarrollo de la producción cinematográfica latinoamericana. No obstante, a
finales de los años 50 se produce una ruptura con estos modelos y la
cinematografía del continente intenta hacer de su arte un arma de cambio
social, de despertar de conciencias o de búsqueda de caminos propios. La
Revolución cubana fue decisiva, en estos movimientos, de lo que se ha llamado
Nuevo Cine Latinoamericano. Se produce así una renovación del cine continental
casi simultáneamente en Argentina, Brasil y México.
Los diferentes
manifiestos de los cineastas de la década del 60 marcan claramente su interés
por resaltar la ruptura con el pasado, así como la propuesta de un cine
crítico, realista, popular, antiimperialista y revolucionario, que rompa con
las prácticas monopólicas del cine de Hollywood. A este cine que surge en los
sesenta se le da diversos nombres, siempre apuntando a su carácter de cine
popular, revolucionario y latinoamericano: "cine de la pobreza" o
"estética del hambre" según Glauber Rocha (Avellar, 1987, 92),
"cine imperfecto" para Julio García Espinoza (García Espinoza: 2002),
y "tercer cine" para Octavio Getino y
Fernando Solanas (Hennebelle y Gumucio-Dagron: 1981, 44). Reinaba en el
continente un ambiente de idealismo y esperanza y el cine parecía ser el arma
fundamental en la transformación de la sociedad.
Nuevo Cine
Latinoamericano
Surge a la luz de la Revolución
Cubana, de las guerrillas en el continente y bajo la influencia del
neorrealismo italiano y de la nueva ola francesa. Es un cine que apuesta por un
proyecto identitario sobre la base de la comunión de la gran patria
bolivariana. Además, propone una ruptura con los modelos del cine dominante y
otorga gran importancia al cine de autor. Es también un cine de tesis,
hondamente reflexivo, donde la meditación sobre la realidad importa más que su
registro y donde siempre hay una preocupación por los entornos socioculturales.
En términos narrativos toma riesgos y experimenta. Además rompe las fronteras entre la ficción y el
documental, o incluso el noticiario, el reportaje, la entrevista.
El nuevo cine latinoamericano utiliza el
mínimo de equipos, iluminaciones funcionales y se realiza casi siempre en
decorados naturales. También hay una utilización de actores no profesionales.
Continuar con el desarrollo de un movimiento
cinematográfico continental se imposibilitó debido a la ola de dictaduras y
golpes militares que sacudió el continente durante la década de los 70 y buena
parte de los 80. Los intelectuales, en su mayoría, tuvieron que exilarse o
sufrieron encarcelamiento, tortura, represión y censura y el único cine que
logró un desarrollo en el exilio fue el chileno y el resto de las
cinematografías asumen diversas formas de desarrollo más o menos lento. Las
películas en América Latina ya no circulan masivamente, como lo hacían antes las mexicanas y
argentinas, y la participación del Estado varía de un país a otro: Cuba recibe
ayuda estatal completa mientras que México
y Brasil sólo reciben subvenciones parciales. La mayor parte de las
grandes industrias se anclaron, y las casi inexistentes, como la colombiana y
venezolana, surgieron gracias a diversas legalizaciones.
El cine posterior a los años ochenta diferirá
sustancialmente de este cine "revolucionario" de la década de los
sesenta, ya que busca un público amplio y, en lo estético, retorna al
clasicismo, lo que implica muchas veces un acercamiento a lo literario. Los
años noventa están marcados por el libre mercado, la globalización, el surgimiento
de las nuevas tecnologías con sus
diversas maneras de exhibición -video, cd-rom, disco láser, etc-, y la falta de financiamiento público y
privado. No obstante, a finales de la
década e inicios del nuevo siglo, la cinematografía latinoamericana ha tenido
un importante auge, gracias a
legislaciones en diversos países –Brasil, Argentina y Colombia, entre otros- y
al éxito de algunos filmes como los mexicanos Amores perros (2000) de
Alejandro González Iñarritu y Y tu mamá
también (2001), de Alfonso Cuarón y las brasileñas Estación central de Brasil (1998) de Walter Salles y Ciudad de
Dios (2002) de Fernando Meirelles.
Asimismo, las nuevas tecnologías están permitiendo a los países más pequeños y
menos desarrollados cinematográficamente bajar sus costos de producción y
empezar a “existir” en los festivales y pantallas internacionales. Es el caso
de Costa Rica, que ha logrado una
producción de cinco largometrajes en los últimos años, algo inédito hasta ahora
en el cine nacional.
Cinematografías no occidentales
Si bien nos hemos limitado a referirnos –de una
manera general y sintética- el cine asiático, africano e indio, no solo tiene
una producción sistemática y continua, sino autores destacados y reconocidos en
Occidente, tales como el japonés Akira Kurasawa, el iraní Abas Kiarostami y el hindú Satyajit
Ray. De hecho, el mayor productor de cine del mundo es la India, llegando
incluso a producir mil películas al año, todas para su mercado interno. A esta
producción comercial se le ha dado el nombre de Bollywood.
El Hollywood de Bombay
La palabra “Bollywood” fue inventada en los años 70
para llamar al cine comercial de la India, una una enorme industria que produce
actualmente más de 600 películas al año, traducidas a catorce idiomas, para un
mercado de 3 mil 600 millones de espectadores. En un país en el que se hablan
decenas de lenguas y dialectos, la pobreza se apodera de muchas familias, las
regiones son múltiples, el cine es un elemento que une a todos los ciudadanos y
le hace evadirse de la cruel realidad que viven día a día. El tema de este cine
debe invitar a soñar y terminar inevitablemente con un final feliz. Suspense, terror, misterio, policiacas,
acción, comedias románticas, dramas, mitología…Todos estos elementos se unen
con perfecta maestría dentro de la fórmula típica del del cine de Bollywood,
cuyos resultados son una mezcla exagerada de colorido étnico, valores
tradicionales, dramas, música y una despampanate sensualidad.
Nuevas tecnologías para un cine posible
A finales de los cincuenta, el
cine fue declarado muerto. La televisión, a imagen de una bíblica “Caín” había
matado a su hermano mayor, embrujando a la audiencia y provocando el éxodo de
las salas de cine a la intimidad del hogar. En 1949, por ejemplo, los espectadores cinematográficos habían
disminuido en uno 20% mientras la difusión televisiva se había
acrecentado en un 400%. (Zagarrio: 1998, 94)
Los grandes cine-palacios fueron cerrando y
transformándose en estacionamientos, iglesias evangélicas o ventas de comida
rápida. ¿Moriría el ritual colectivo?
En realidad, más que al cine, la televisión desplazó a
la radio y entre cine y televisión se inició una relación de dependencia. La
televisión necesita el glamour del cine, así como los filmes con mayores
valores de producción que el cine fabrica. El cine necesita la audiencia
televisiva, sus anuncios, y, sobre todo, su dinero.
El cine ha renacido en los multicines y nunca se han
proyectado tantas películas como en la actualidad. Hay festivales de cine
durante todos los días del año y para todo tipo de gustos: desde el glamoroso
Cannes, hasta de cine erótico o gay.
Actualmente, la producción y el consumo de filmes se
ha diversificado y lo que llamamos “cine” puede ser registrado y visto en
cámaras digitales, internet o desde telefonos celulares. Las nuevas tecnologías
nos han llevado a la sobresaturación de la imagen y para nuestra cultura, las
imágenes ya no son más parte de la vida, sino la vida misma.
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