La película de 35 mm es el formato de negativo o película
fotográfica más utilizado, tanto en cine como en fotografía, que se mantiene
relativamente sin cambios desde su introducción en 1892 por William Dickson y
Thomas Edison, que usaron material fotográfico proporcionado por George
Eastman. Su nombre viene de que el negativo es cortado en tiras que miden 35
milímetros de ancho y, según la norma, debe llevar cuatro perforaciones por
cuadro o fotograma en ambos lados, para que la película se reproduzca a 24
fotogramas por segundo.
Una gran variedad de calibres, en su mayoría patentados,
fueron usados en numerosas cámaras y sistemas de proyección desarrollados
independientemente a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX, desde
los 13 mm a los 75 mm. La película de 35 mm fue finalmente reconocida como la
medida estándar internacional en 1909 y se ha mantenido largamente como el
formato de película dominante para la creación y proyección de imágenes, a
pesar de las amenazas de calibres más pequeños y más grandes, y de formatos
novedosos, porque su tamaño permite una relativamente buena relación entre el
costo del material fotográfico y la calidad de la imagen capturada.
Adicionalmente, la amplia disponibilidad de los proyectores de 35 mm en las
salas comerciales hace que sea el único formato de película que puede ser
reproducido en casi cualquier cine en el mundo.
Este calibre es extraordinariamente versátil en sus
aplicaciones. En los últimos cien años se ha modificado para incluir sonido,
rediseñado para crear una base de la película más segura, formulado para
capturar color; ha contenido multitud de formatos de pantalla ancha
(widescreen) e incorporado información de sonido digital en casi todas sus
áreas que no tienen marcos. Desde el comienzo del siglo XXI, la fabricación de
la película de 35 mm se convirtió en un duopolio entre Eastman Kodak y Fujifilm.
Sin embargo, en 2012 Fujifilm anunció su intención de abandonar la producción
de celuloide en analógico para centrarse en lo digital, dejando a Kodak como
única compañía productora de cinta de celuloide. Ante el riesgo de la
desaparición de este formato analógico, un grupo de directores de cine
(Christopher Nolan, Quentin Tarantino, Judd Apatow, Martin Scorsese y J.J
Abrams) pusieron en marcha una campaña de defensa de este sistema, apoyando de
esta forma a la compañía Kodak, que ha sufrido un descenso del 96% de sus
ventas tras la irrupción del formato digital y afronta un serio riesgo de
cierre, en lo que supondría el fin definitivo del formato cinematográfico de 35
mm.
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